Siempre llega el momento de reflexionar y profundizar un poco más allá de lo habitual, aún sin conocernos tanto. Y déjennos decirles que todo esto se ha puesto bastante complejo, el sistema es complejo, la vida por simple que parezca es tremendamente compleja, precaria, sensible, impredecible. Sobre todo en esta era que atravesamos, el “Antropoceno voraz”, entre guerras, pandemias, emergencia climática y catástrofes ambientales…Un cóctel de belicosidad, corrupción y barbarie humana que nos ha trastornado como sociedad a nivel emocional y espiritual, al punto de desconocernos absolutamente como seres humanos, libres y pensantes, olvidando que somos naturaleza. ¿Será que dejamos de habitarnos? o ¿dejamos de vigilarnos?, ¿nos desconectamos?.
Pareciera que mientras más tiempo conectados pasamos a la red eléctrica, más desconectados de la naturaleza estamos. Algo lógico, sabiendo que el 40% de la energía que se genera en Chile viene del combustible fósil “carbón”, un carbón manchado con sangre que lo traen de Colombia arrasando con selvas, comunidades originarias y mucha vida. Y que al llegar a los puertos de las costas de Chile, al ser transportado, contamina sus playas, ecosistemas y comunidades. Al ser incinerado emite y libera componentes tóxicos mortales al aire, como el dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y materiales particulados. Ocasionando la muerte de más de 11.300 personas anualmente por la contaminación que producen las centrales termoeléctricas a carbón, las mismas que calientan la atmósfera del planeta a niveles catastróficos e insospechados, los mismos niveles que año a año aumentan y de cuya conversación y acuerdos que se intentan establecer en las COP, no sirven de nada. Las mismas emisiones que enriquecen a unos pocos y sacrifican la vida de miles.
Todo se está moviendo a una velocidad sin precedentes. Sin duda el individualismo del sistema nos segrega y las ciudades no se detienen ni un segundo a esperar a quienes duermen. Pero, ¿por qué se nos olvida que somos energía?, Si!, somos energía como individuos y cuando estamos en colectivo somos energía en movimiento, energía poderosa llena de sueños y oportunidades, somos infinitas veces más que un número y un pase con un código QR.
El 2019, el mundo cambió para siempre, la Coalición Chao Carbón se activó y estuvo presente en la gran manzana de NYC en septiembre, haciendo artivismo* con TER afuera de la ONU, y en diciembre en la COP25 en Madrid, produciendo, organizando y motivando las intervenciones y protestas masivas de cientos de miles de personas del mundo que clamaban por el Fin a los Combustibles Fósiles, Justicia Ambiental, Emergencia Climática, Transición Energética Justa y Acción inmediata de la clase política.