Desde el 2018 la problemática de las Zonas de Sacrificio -generadas por las 28 termoeléctricas a carbón que operan a lo largo de Chile- se instaló tras masivas intoxicaciones que afectaron a los habitantes de Quintero y Puchuncaví. Así, se puso luz a un conflicto medioambiental que lleva más de 50 años afectando no sólo al ecosistema de estas áreas abandonadas por el Estado, sino también la vida y salud de chilenos y chilenas, niños y niñas que deben respirar un aire tan contaminado que constantemente supera los niveles establecidos por la OMS.
Katta Alonso, dirigente de Puchuncaví, lo plantea en simple: “Aquí, con o sin coronavirus, vivimos en constante estado de emergencia”, y pese a que ahora son 25 las Termoeléctricas que operan en Chile, de todas formas se hace imperante su cierre definitivo.
En este contexto, y sumando el dato no menor de estar en medio de una pandemia que afecta directamente al sistema respiratorio de quienes se contagian, la campaña #ChaoCarbón lanzó su nueva arremetida artística. “POR AMOR AL AIRE”, campaña que busca no sólo educar a través del arte lo que significa esta realidad, sino que también busca presionar para el cierre inmediato de estas industrias contaminantes”, explica Valentina Escuti, Directora de Arte del Movimiento Chao Pescao y Chao Carbón.
La invitación fue extendida a 5 artistas, que -utilizando las técnicas de xilografía e ilustración- crearon los 5 diseños, para luego imprimirlos en mascarillas/pañoletas. Posteriormente estas mascarillas fueron enviadas vía correo a dirigentes emblemáticos de las 5 Zonas de Sacrificio por carbón. “Cada diseño está inspirado en una zona de sacrificio, plasmando un conflicto ambiental que lleva más de medio siglo y que sigue matando a nuestros compatriotas”, comenta Valentina.
Luego de este proceso la fotógrafa Marcela Melej retrató a cada dirigente usando la mascarilla por medio de la técnica de doble exposición. De esta forma se pudo hacer este trabajo a distancia, fusionando la foto del dirigente tomada vía zoom, con una fotografía emblemática de las termoeléctricas a carbón.
Otro elemento fundamental que envuelve a esta campaña es el próximo plebiscito. “Desde nuestra vereda, aprobamos el cierre de termoeléctricas y la ratificación de una nueva carta magna que asegure la protección del medioambiente y el derecho de vivir en un ambiente libre de contaminación a través de una Constitución Ecológica”, explican desde la Alianza Chao Carbón.
“Estamos a días de aprobar la posibilidad de un cambio de lineamientos. Podemos plantearnos a la vanguardia de una tecnología que siempre estuvo aquí y transformarnos en un territorio y Estado ecológico y su relación indisoluble con la naturaleza, sus cielos, aguas y seres como sujetos de derecho. Tocará reparar, legislar y proponer, pero sobre todo, tomar conciencia de un cambio de paradigma que nos desafía colectivamente a entendernos como un todo”, reflexiona Constanza Cabrera, una de las artistas invitadas a participar de esta campaña, siendo la creadora de la obra “Cielos Libres”.
Por su parte, Ronald Pérez, creador de la obra “Residuos”, plantea que su obra “proyecta a futuro cómo podríamos vernos si no nos hacemos cargo de cuidar nuestro medio ambiente ahora”.
“Históricamente, a través del arte y la cultura, la gente ha dejado huellas que explican y difunden lo ocurrido en otros tiempos. Hoy no es la excepción. Las expresiones artísticas que perduran no tienen tendencias ni ideologías, sino un sentir sin rabia visceral, un arte que se hace pensado para que penetre a toda una comunidad”, analiza Doris Zamorano, Dirigente socioambiental de Huasco, respecto a la campaña Por Amor al Aire. Y agrega que la visibilización de lo que sucede en las Zonas de Sacrificio a través del arte “ha sido fundamental para ayudar a sensibilizar a todo un país sobre las personas que las habitan. Le han hecho entender que no se trata de algo personal contra las empresas o progreso. Se trata de un tema de salud, de economía local y tejido social, que a medida que pasó el tiempo, en vez de darnos beneficios, nos convirtió en sacrificio”, sentencia.
Finalmente, es importante mencionar que los contaminantes emitidos en el proceso de combustión de carbón dañan y agravan la salud humana inmersa en el mundo industrializado. Dentro de los graves impactos está la afectación de los principales órganos del cuerpo, que generan enfermedades cardíacas, cáncer, accidentes cerebro-vasculares, enfermedades respiratorias crónicas y afectación a las capacidades intelectuales y neurológicas.(Lockwood et al, 2009).
